
Estar en el presente es una cuestión de decisión, pero no una decisión en la que decimos que queremos hacer y por circunstancias con sus consecuentes reacciones emocionales, dejamos de lado todo lo que conlleva dejar los pensamientos que nos alejan del aquí y el ahora. Es algo que se dice fácil y así lo es, lo que es complicado es superar la emocionalidad, especialmente la alterada.
La decisión acertada es la de focalizar los pensamientos en el momento presente.
Resumiendo.
- Mantén al margen todos aquellos elementos que te conecten con emociones ya superadas. Lugares, sonidos, imágenes, incluso personas. Al menos mientras no hayas superado dichos eventos y sus respectivas emociones.
- Deslígate de la esperanza ilusoria, esa que te hace pensar que sabes y que tienes el poder de hacer que las cosas ocurran tal y como tu las quieres. Evita las frustraciones innecesarias.
- Presta mayor atención a lo que está sucediendo a tu alrededor, sin emitir juicios de valor ni calificar lo que ves de bueno o mal, bonito o feo, agradable o incómodo. Estar en el presente es ser observador y este no califica, simplemente contempla. Por ejemplo. Un día lluvioso no es triste ni feo, simplemente es un día en el que cae agua del cielo.
La invitación de hoy: Comienza tu trabajo teniendo en cuenta que se trata de una actividad de largo aliento, es decir, entendiendo que la carrera es de resistencia, no de velocidad.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
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Gracias por cuarta vez.