Es bien conocido que la mayoría de las sociedades en el mundo, han sido fundamentadas bajo un principio de escases, tanto así de cierto, que el concepto de una de las ciencias que domina la nuestras vidas, La Economía, es definida por algunos autores como “La Ciencia de Administrar los Recursos Escasos”. Todas las corrientes económicas se fundamentan en el principio de que los recursos no alcanzan para todos, entonces generamos la creencia de que no hay suficiente, trayendo como consecuencia una urgencia por obtener algo que posiblemente no necesitemos.

Surge entonces la pregunta ¿Qué sucedería si comenzamos, no solo a pensar, sino a creer que los recursos, no solo son suficientes, sino abundantes? ¿Cómo sería el mundo en el que cada quien obtiene lo que le es necesario y sin avaricia, permite que otros reciban lo que les corresponde? Un pensamiento utópico, al menos mientras vivamos en el mundo de las emociones. Pero ¿Qué tal si nos enterásemos hoy mismo que el mundo de las emociones y está por terminar? Algo totalmente impensable para seres que han basado su existencia, no solo buscando la alegría, sino aprendiendo de las tristezas y las rabias.
En el mundo hay de todo para todos, viéndolo desde una perspectiva poco egoísta, muchas personas pudiera prescindir de uno de los 2 o 3 celulares para que alguien más pueda comunicarse, o bien alguna dama (nada personal, solo un ejemplo) regalar algunos de los N pares de zapatos que tiene en su armario para que otra chica luzca bien. Luego, si hay para todos. Pero hemos caído en la hipnosis de que todos queremos lo mismo y eso no es verdad. Tal vez sea este pensamiento el que hace que pensemos que no hay Felicidad para todos o Armonía para todos y tengamos que “luchar” por lo que, no solo hay, sino que lo merecemos. Sal de tu pensamiento de escases, ve al mundo desde una óptica de abundancia y se parte del cambio.
Todo lo mejor para ti.-