El 27 de Abril del 2020 publiqué un artículo titulado ¿Qué es lo que vine? En él, plasmé algunos esbozos sobre el cambio que está viviendo el planeta y hacia donde nos llevan. Pero como siempre, es complicado dar una explicación breve a un tema que ha tomado años, no solo conocer, sino asimilar. Y quisiera hacer una pausa para enfatizar en el término “asimilar”. No es suficiente con aprender la información, estamos en tiempos en los que internalizarla y hacerla parte de nuestra manera de vivir, cobra una importancia relevante, ya que, sin ella, la transformación puede hacerse más cuesta arriba de lo que es.

Estudiar, practicar, asimilar.

Ahora bien, ya hemos comentado ampliamente que el proceso de transformación humana se ha acelerado en los últimos años, y se ha hecho más notorio, desde los acontecimientos del pasado año en los que nos vimos forzados a frenar un poco la carrera, aunque en el fondo aun quisiéramos regresar al mundo inconsciente en el que veníamos viviendo. A la llamada «normalidad».

Cuando vivimos en automático, entonces la vida es aparentemente menos complicada.

A ese mundo automático, donde poner la responsabilidad de nuestra realidad,  fuera de nosotros es un hábito muy arraigada. A ese mundo de las preocupaciones y emociones, le llamaremos malla ilusoria. Es donde las emociones tienen el control y nos mantienen aferrados a un mundo limitado. Como podrás deducir, este mundo,  no es ni malo ni bueno, simplemente ES y tiene un propósito. Ahora bien, que si este mundo es una escuela o no, podemos conversarlo con más calma, por lo pronto, asumiremos que es un lugar donde experimentamos  la vida y lo que nos rodea, a través de las emociones. Estas, también tiene un propósito, el cual, puedo adelantar, ha sido alcanzado y por ello, es necesario comenzar a alejarse de ellas.

Es en este punto donde comienza el fin del proceso.

Superar las emociones es el primer paso de la transformación. No por ello, el menos complejo. Tras mucho tiempo y muchas vidas viviendo y aprendiendo de las emociones, nos cuesta trabajo dejarlas. Al punto que podemos pensar que, si las dejamos, dejaremos de ser Seres Humanos. Pero esto no es más que una conjetura fundamentada en el miedo que aparece como consecuencia del apego que desarrollamos hacia el sentir.

Superar la emocionalidad, supone desarrollar la conexión con algo superior, en este caso, las percepciones, las sensaciones y los sentimientos (no, no son lo mismo que las emociones).

Al sentir, somos Seres Humanos, pero cuando percibimos, sin juicios ni calificativos, entonces sabemos que hemos comenzado el camino hacia nuestra transformación a Supra-Humanos. Cunado decidimos dejar las emociones, necesitamos recorrer un camino, donde el primer obstáculo, es nuestra propia mente. Esa que divaga del pasado al futuro a fin de generar las emociones que, en principio, funcionaron como sistema de guía, pero al igual que los primeros GPS’s que aparecieron en el mercado, estas, las emociones, perdieron vigencia y funcionalidad al aparecer un dispositivo mucho más efectivo. En el caso de los GPS, fueron los teléfonos inteligentes y sus aplicaciones y en el caso de las emociones, la conexión con la divinidad a través de la intuición, la cual es activada al mantenernos en el presente continuo.

Esa intuición será nuestro principal sistema guía. Información directa de la fuente.

La invitación de hoy: Intenta dar los primeros pasos para ubicarte en el presente continuo. Se sincero. Vivir en el presente no es fácil. Si en algún momento lo has logrado por segundos (unidades de segundos, no más) ya estás en el camino, pero todavía queda un trecho largo por recorrer en prácticas y ejercicios. Recuerda la disciplina.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias

QAnon