En el budismo, no debes temer no comprender.
Teme solamente no practicar.
Si comprendes o no, no es tan importante,
pero si no practicas, eres inútil.
— Hui Neng
Quise reiniciar mis escritos con esta poderosa cita del budismo en alusión a los pocos escritos que hice el pasado 2022 y a la luz de un nuevo ejercicio de consciencia personal, el cual me ha llevado, luego de una prolongada pausa, mucho estudio y práctica, así como mucho trabajo que había quedado pendiente, a superar circunstancias que parecían insalvables.
Las circunstancias pretenden moldear nuestro pensamiento y a través de estos, nuestras emociones y de vuelta a las circunstancias, a veces con impecable record del 100% de efectividad.
Este es el paradigma a superar. En tal sentido, he decidido dejar de ser víctima de mis circunstancias y para ello he tenido que entrenar de manera disciplinada y continua. Un ejercicio sin pausa que luego de un tiempo ha comenzado a mostrar unos resultados abrumadores. No te voy a engañar, no es solo el trabajo de este año, sino el cúmulo de estudios y prácticas que, sumados a los recientes, completan un círculo de formación que me ha permitido alcanzar nuevas cotas de consciencia.
Estaré más que feliz de compartir la experiencia.
No, la consciencia no tiene un sistema de medición métrico ni imperial, no hay medidas más que las del autoconocimiento personal y de la manera en cómo se superan las vicisitudes que se nos presentan con regularidad. Es como el verso del caminante, «no hay caminos más que la senda andada». Voltear a ratos para mirar, no solo lo que se ha superado, sino saber que es poco probable que se repita porque hemos aprendido la lección, ya es una medida más que suficiente para saber dónde uno se encuentra en términos de consciencia espiritual.
Al final, la espiritualidad cobra un sentido diferente.
Orar, meditar, volver a orar, meditar de nuevo, servir, orar y meditar, todo en su momento y todo a la vez. No sirve de nada si no se aplica en la práctica diaria, en el ejercicio de vivir. Vivir la oración, vivir lo meditado, servir y repetir. Espiritualidad en acción. No hay divorcio de lo material y lo espiritual. Lo material es resultado de lo espiritual, lo que soy ahora mismo es el resultado de mi conexión con mi esencia, dicho de otra manera «hágase en la tierra como en el cielo». Si mi vida no me gusta es porque en algún lugar hay un cable suelto que corta el vínculo con la propia esencia.
No estoy hablando de seres de luz, ni de ángeles, estoy hablando de “mismo” sí, yo mismo, tú mismo y el resto de los pronombres de la conjugación verbal en cualquier idioma, tanto en plural como en singular.
Se trata de dejar el pensamiento mágico y comenzar a observar en lugar de ver, de observar no el entorno, tampoco a las circunstancias, mucho menos al ser que creemos que somos. Es menester observar en profundidad al “pensador”. Porque este es quien crea la realidad que se esté viviendo. Ese filtro a través del cual miramos la vida, dejando de lado detalles importantes, es filtro que etiqueta y juzga a cada persona y situación en la que nos encontramos, ese es el que requiere atención y por encima de todo, control. Pero no el control que pudieras imaginar, así como si estuvieses conduciendo un automóvil, la única manera de controlarlo es observando para luego actuar, no sobre el entorno, sino sobre los pensamientos que genera el pensador. Si observas con atención al pensador, podrás cambiar la historia, la manera de pensar, y al hacer este cambio, afectarás la vibración que emites al universo y como consecuencia, toda la realidad que vives, cambiará.
Y cuando digo toda tu realidad, me refiero a todos los aspectos de lo que crees que es real.
Al final de este cuento, lo que ocurrió es que tomé la decisión de dejar de ser un INÚTIL y comenzar a actuar dentro unos parámetros que estuvieran en una línea de pensamiento que incluyera mi espiritualidad por encima de todo, ya que está al estar por encima de todo, lo abarca todo y lo influencia todo. Si actúo sobre mi espiritualidad, afectaré de manera posita a todo lo que me rodea.
La invitación de hoy: Deja de ser un ÍNÚTIL.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias