Una de las acciones más complicadas para este inicio de año es la de hacernos responsables por NOSOTROS MISMOS en lugar de andar distraídos cuidando lo que otros hacen, haciéndolos al mismo tiempo víctimas de nuestro juicio.
Les dejo este breve regalo de EL LENGUAJE DEL ADIOS.
Soy muy sencillo. Me compraron en una tienda de efectos escolares. Mi trabajo es mantenerme en la página que Pablo me coloca. Con este hombre no es fácil, es un lector compulsivo. Él lee mientras hace las labores en su casa, en la playa, en la iglesia, en la hora de receso en su trabajo, viendo la TV, hasta cuando come. Es un come libros y siempre me toma de la cintura sin delicadeza para marcar donde se quedó. Llevo con el más de 10 años y he entrado a más de mil libros, ya perdí la cuenta. Pablo prefiere las novelas y antología de cuentos. Lo que no le perdono es que nunca me deja comenzar un libro y mucho menos terminarlo. Me debo conformar con usar la imaginación para saber los eventos previos y cuál fue el desenlace. No debo quejarme, puede ser peor. Tengo la suerte que…
No tengo sombra aunque haya luz. Ni reflejo en ningún espejo. No tengo cobija, agua, ni alimentos. Ni un pecho para mamar. Ni un familiar que me cuide. Hasta las lágrimas, el dolor y el hambre me han abandonado. Mi única esperanza… qué existan los tres reyes magos en algún lugar y me regalen un pesebre. También quiero la mula y el buey. ¡Ah, y por favor, no se olviden de la estrella de Venus! De seguro puedo ser la versión africana del niño Dios. ¿O no es cierto que somos iguales?
El mañana siempre ha estado y estará en nuestras manos.
¿Qué es lo que siempre viene y nunca llega? El mañana, porque cuando llega ya es hoy. Pero ¿Que ocurre cuando llega el hoy y no hemos tenido la volun Sigue leyendo →
«La soledad significa que estás feliz contigo mismo, que no dependes de nadie…» Osho
¿Cuánto tiempo eres capaz de estar sin compañía de alguien o de ruidos externos? Sin música, gente alrededor, televisor incluso sin la computadora o el teléfono. Esto es complicado y genera una sensación de vacío interminable que acaba por hacernos encender la radio o cualquier artefacto que haga algo de ruido y nos aleje de esa intimidad que tanto nos atemoriza, de esa que nos pone en presencia de un ser al que difícilmente conocemos más allá de algunos gustos y formas.
Ese silencio que atormenta, quema y nos invita a eludirnos de manera constante con la excusa de hacernos compañía. Ese silencio en el que solo estas tú contigo mismo junto a ese cúmulo de pensamientos que rebotan de un lado a otro y saltan de una idea a otra de manera aleatoria, arbitraria y sin control, un animal sal Sigue leyendo →
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