
Resistirme a los designios de Dios es algo que causa mucho dolor, no solo en el espíritu, que de por sí, es una expresión equivocada, sino en mi cuerpo emocional, el del ego para ser exactos. Pero mas allá de la inconformidad o frustración que me llevan a la rabia o el dolor que termina en tristeza, mi cuerpo físico se resiente con dolores de Sigue leyendo





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