Ante las disyuntivas, Dios siempre nos da las señales de cual es el camino más conveniente.
Sentirse cómodo no es nada negativo ni mucho menos, es como una especie de descanso que nos llega una vez que terminamos de pagar ese crédito que nos tenía con el presupuesto recortado o terminamos esa tarea que nos tenía preocupados o cualquier otra situación que nos hiciera Sigue leyendo →
Las oportunidades en la vida se presentan siempre, las circunstancias siempre cambian.
Dicen que son únicas en la vida y vaya que sí lo son. A cada quien se le presentan situaciones en las que debe decidir qué camino tomar, digamos que tan frecuentemente como Sigue leyendo →
Elegir el camino de la felicidad cuesta en la medida en que le demos fuerza a los egos, al miedo, a la duda.
Una gran amiga, formada en lo que se conoce como “Constelaciones Familiares” o más recientemente como “Helinger Ciencia” solía hacerme el comentario de que “… Es más fácil sufrir que ser feliz” una frase muy comentada por “Carola Castillo” en las varias conferencias en las que participé. En fin, lo cierto es que jamás entendí esa frase, no le Sigue leyendo →
Las excusas nos mantienen en la queja y perdiendo tiempo mientras las inventamos.
Bien comentaba ayer que las decisiones que tomamos, consciente o inconscientemente, son las que nos tienen viviendo la vida que tenemos. Ni más ni menos, nuestros pensamientos han regido nuestras vidas, muy por encima de nuestros deseos. Queremos un auto nuevo, pero no conseguimos el dinero para adquirirlo, anhelamos mudarnos a una buena zona pero terminamos por vivir, a vece arrimados. Algo incomprensible, pero no deja de ser un misterio que Sigue leyendo →
Cuando dejamos de tomar una decisión, nos estacionamos en un sitio cómodo. Es allí cuando comienzan los problemas.
El camino de la vida está lleno de bifurcaciones que nos mantienen permanentemente tomando decisiones sobre cual camino seguir, continuar en un trabajo en el que no me siento pleno o dejarlo y aventurarme en la búsqueda de uno nuevo o mejor, iniciar Sigue leyendo →
Conocer nuestros valores nos ayuda a mantener la congruencia entre nuestro Pensar, Sentir y Actuar diarios.
Una de las guías más importantes para transitar el camino de la vida es nuestro sistema de valoración. Conocerlo es vital ya que según este, tomamos decisiones y a su vez, vamos construyendo nuestro destino de hoy en hoy. Tendemos a dar nuestros valores por sentados y los dejamos al azar de las circunstancias, las que a su vez nos llevan a dar valorar el mundo que nos rodea.
Decidimos en función de lo que valoramos, así es como pasamos horas trabajando en detrimento de nuestra relación con en el hogar, salimos de fiesta a cambio de incrementar la calidad de tiempo que pasamos con nuestros hijos, alegando que más vale la calidad que la cantidad, preferimos ir a un paseo en lugar de asistir a un encuentro con Dios. Así vamos llevando la vida sin darnos cuenta y con la prioridades cambiadas. Son nuestras acciones las que dicen la verdad, aun cuando las palabras hablan que valoramos todo lo contrario.
Ganarle esta batalla al ego es complicado, pero no imposible, requiere de claridad, fortaleza y disciplina para no caer en las tentaciones del camino fácil.
Tener presente nuestro sistema de valores y asumirlo requiere de valentía, ya que estos darán la pauta para decidir y nos veremos en posición de tener que decir NO a muchas de las agradables tentaciones.
La invitación de hoy:
Ser congruentes en nuestras maneras de pensar y actuar, nos lleva a superar circunstancias de manera menos dolorosa.
Escribe en una columna y en orden de prioridad, tus valores y principios hoy día en función de tu actuar diario. Posiblemente requieras la ayuda de alguien de confianza.
En otra columna, escribe en orden de prioridad el sistema de valoración que predicas con tu palabra, es decir, como dices que actúas.
Más abajo, describe que cambios debes hacer para establecer un sistema de valoración congruente con la forma en que deseas vivir.
Una vez que te sientas cómodo con el nuevo sistema de valoración, tenlo siempre a la mano para que lo recuerdes y te sirva de guía a la hora de tomar decisiones. Recuerda que nuestro día a día se basa en el acto de decidir qué hacer.
Hay varias tendencias, pero lo ideal es tener por escrito entre 5 y 7 valores.
Nuestro sistema de valoración va cambiando con el tiempo, no a diario, pero si con cierta frecuencia. Monitorea-te y ve ajustando tu sistema hasta el punto en que te sientas feliz con tu actuar.
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