
A la mayoría de nosotros se nos pasa la vida persiguiendo señuelos convencidos de que son la razón de nuestras vidas. Nos excusamos de tomar acciones que sabemos en nuestro corazón que son lo mejor para nosotros, con el argumento de: “Es que yo soy así…” o el de que estamos protegiendo a otros del sufrimiento, entonces, nos hacemos víctimas por cuidar a los demás sin darnos cuenta de que todo estará bien si y solo si, nosotros estamos bien.
No es un secreto el hecho de que, si buscamos razones para hacer dejar de hacer algo, las vamos a encontrar, incluso hallaremos apoyo en otros que por sus razones, impulsarán el que entremos en obediencia a nuestra intelecto, al mundo de nuestro EGO, donde el conflicto personal siempre está a la ord Sigue leyendo





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