
Pudieras responder, “nada” o peor aún “yo no quiero cambiar” o una similar “yo no tengo nada que cambiar” (nótese que escribí YO), lo cual serían respuestas enmarcadas en el actuar de los egos. No solo por la arrogancia de pretender que no es necesario hacer cambios, sino por la necesidad de permanencia en un estado que, seguramente, no Sigue leyendo
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